lunes, 4 de septiembre de 2017

Revista: Revista Contexto Latinoamericano No. 5, octubre 1997




Palabras del Editor

El 9 de octubre de 2007 se conmemora el cuadragésimo aniversario del asesinato del comandante Ernesto Che Guevara, perpetrado en La Higuera, Bolivia, por orden de los gobiernos de Lyndon B. Johnson y René Barrientos. En el transcurso de estas cuatro décadas, se cerró aquella etapa histórica en la cual el Che lanzó la consigna de «Crear dos, tres… muchos Viet Nam» y se abrió una nueva donde la lucha de los pueblos de América Latina, salvo excepciones, no se canaliza por la vía armada. A pesar de esa realidad y de los intentos de borrar o distorsionar su imagen, «Che permanece, generación tras generación, trascendiendo los cambios más profundos y abruptos», como símbolo de «disímiles temáticas –muchas de las cuales no formaban parte del inventario público de las reivindicaciones sociales en el período histórico en que se ubica su acción y pensamiento».

En homenaje a esa fecunda labor revolucionaria que, a cuarenta años de su desaparición física, el Che sigue realizando, la editorial Ocean Sur, con la colaboración del Centro de Estudios Che Guevara, publica este número especial de Contexto Latinoamericano, que incluye una selección de textos del Che y sobre el Che agrupados en seis partes. Las primeras cinco contienen artículos, discursos, ensayos y cartas del Che organizados acorde con la periodización de su obra establecida por el Centro de Estudios Che Guevara, que comprende: su primer viaje por América Latina; su segundo viaje por América Latina; su participación en la guerra de liberación de Cuba; su contribución política y teórica como dirigente de la Revolución Cubana; y su lucha internacionalista en El Congo y Bolivia. La sexta parte la integran reflexiones de reconocidos especialistas que abordan la vigencia de su legado desde diversas perspectivas.

Con este número especial, le rendimos tributo a un Che presente que «nos dejó no solo su ejemplo y aliento, sino, fundamentalmente, un pensamiento creador, capaz de penetrar en el tiempo y demostrar así su consistencia y validez». Esta consistencia y validez de sus ideas esenciales no se desdibuja por estar entremezcladas con análisis que llevan el cuño del momento histórico en que fueron concebidas, ni por los errores en los que haya podido incurrir en la difícil tarea de teorizar sobre procesos en gestación y desarrollo. El Che es tan inmenso, que no necesita una «lectura indulgente» de su obra:
[…] El propio Che, de sobrevivir a la experiencia boliviana, habría sido el  analista más riguroso de esa experiencia como también de todo su pensamiento […] Así lo hizo con todas las experiencias revolucionarias en que participó, tanto en su vida guerrillera como en sus diversos quehaceres como constructor de la nueva sociedad. […]
Examinar críticamente el ideario del Che es, pues, ser guevarista. Es asumir el marxismo y toda la cultura teórica sobre la revolución, como él los ejercitó.

Ese examen crítico del ideario guevarista tiene una importancia crucial porque, como si participara en nuestros debates de hoy, un Che vivo nos recuerda que el poder es «el instrumento indispensable para aplicar y desarrollar el programa revolucionario, pues si no se alcanza el poder, todas las demás conquistas son inestables, insuficientes, incapaces de dar las soluciones que se necesitan, por más
avanzadas que puedan parecer» y que el «tránsito pacífico no es el logro de un poder formal en elecciones o mediante movimientos de opinión pública sin combate directo, sino la instauración del poder socialista, con todos sus atributos, sin el uso de la lucha armada».

No hay comentarios.:

Publicar un comentario