viernes, 18 de agosto de 2017

Carta: A Jose Medero. La Habana, 26 febrero 1964

La Habana, febrero 26 de 1964 
"Año de la Economía"

Sr. José Medero Mestre 

Juan Bruno Zayas No. 560 
e/ Ave de Acosta y O'Farrill 
Víbora, Habana.

Compañero:

   Le agradezco su interés y sus notas. Para convencerme puso el dedo en la llaga; cita a quienes impugno. Lamentablemente no puedo extender una polémica epistolar por las implicaciones que tiene sobre mi tiempo. 

   En números sucesivos de Nuestra Industria Económica irán saliendo artículos que demuestran la preocupación de una selecta cantidad de técnicos soviéticos sobre problemas similares.


   Sólo una afirmación para que piense: anteponer la ineficiencia capitalista a la eficiencia socialista en el manejo de la fábrica es confundir deseo con realidad. Es en la distribución donde el socialismo alcanza ventajas indudables y en la planificación centralizada donde ha podido eliminar las desventajas de orden tecnológico y organizativo con el capitalismo. Tras la ruptura de la sociedad anterior se ha pretendido establecer la sociedad nueva con un híbrido; al hombre lobo, la sociedad de lobos, se lo reemplaza con otro género que no tiene su impulso desesperado de robar a los semejantes, ya que la explotación del hombre por el hombre ha desaparecido, pero sí impulsos de las mismas cualidades (aunque cuantitativamente inferiores), debido a que la palanca del interés material se constituye en el árbitro del bienestar individual y de la pequeña colectividad (fábricas, por ejemplo), y en esta relación veo la raíz del mal. Vencer al capitalismo con sus propios fetiches a los que se les quitó su cualidad mágica más eficaz, el lucro, me parece una empresa difícil.


   Si esto es muy oscuro (ya pasa la media noche en mi reloj), tal vez le aclare mi idea este otro símil: la palanca del interés material en el socialismo es como la lotería de Pastorita; no alcanza a iluminar a los ojos de los más ambiciosos ni a movilizar la indiferencia de los más.


   No pretendo haber terminado el tema ni mucho menos establecido el «amén» papal sobre estas y otras contradicciones. Desgraciadamente, a los ojos de la mayoría de nuestro pueblo, y a los míos propios, llega más la apología de un sistema que el análisis científico de él. Esto no nos ayuda en el trabajo de esclarecimiento y todo nuestro esfuerzo está destinado a invitar a pensar, a abordar el marxismo con la seriedad que esta gigantesca doctrina merece.


   Por ello, porque piensa, le agradezco su carta; lo de menos es que no estemos de acuerdo.


   Si alguna vez tiene que decirme alguna otra cosa, recuerde que no soy maestro; uno más entre los hombres que hoy luchan por hacer una Cuba nueva, pero que tuvo la suerte de vivir al lado de Fidel en los momentos más difíciles de la Revolución cubana y algunos de los momentos más trágicos y gloriosos de la historia del mundo que lucha por su libertad. De ahí que usted me conozca y yo no recuerde su nombre; podría haber sido al revés, solo que entonces yo tendría que escribirle de alguna remota región del mundo donde mis huesos andarines me llevaran, ya que no nací aquí.


   Eso es todo.

Revolucionariamente,
Patria o Muerte. Venceremos
Cmdte. Ernesto Che Guevara


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